“Si yo fuera mujer, sería UN zorrón”
“Si fuera mujer, andaría vestida como un
prostituta”
“Mae si no fuera una vieja, le andaría poniendo la
cookie en la cara al primero que se me atraviese”
“Si yo fuera una guila, me dirían el “Power
Rangersh”...llevándome sólo monstruos entre las patas”
“Si yo fuera mujer, ni loca tendría novio…fijo
conseguiría culos facilísimo”
Éstos son sólo algunos ejemplos de montones de
barbaridades que he escuchado a muchos hombres mencionar sobre lo que harían si
fueran una mujer. NO LOS SOPORTO y les deseo 3 días de diarrea, gracias.
Resulta y sucede que el gusanillo de la doble
moral nos anda caminando por todo lado. Y el género no es una excepción. No nos
basta con una moral ética, religiosa, moral, etc. (lista infinita) de dudosa
procedencia, sino que la extendemos al maravilloso mundo del género.
¿Qué significa un comentario de estos? Hagamos un
desglose bien generoso:
1) Significa que estamos
materializa-deshumanizando-despersonalizando a la mujer al asumir que no es más
que un culo andante cuya fuerza y poder se deben solamente a su sexualidad y
que lo que tiene a su favor (versus el hombre) es el factor “sexo”. Claro,
porque en ningún otro ámbito de la vida son tan evidentes nuestras ventajas
como en el amor…
2) Significa que ser una mujer desprendida, no muy
amiga del compromiso y las formalidades, de una conducta sexual “liberal” y sin
intención alguna de disculparse por ello (un zorrón) sería una condición especial
para una mujer solamente porque el hombre no necesita un adjetivo que describa
este tipo de comportamiento. En todo caso, sería lo “normal” o lo esperado en
muchos de los casos y no necesitaría una definición. Es como querer ponerle un
adjetivo más a las manzanas por ser…muy manzanas, ¿verdad? ¿Cuántas veces
escuchamos a una mujer decir “Si yo fuera hombre, sería un sobrado culo
caliente detrás de todas las titas”? Sí pasa, pero no tan a menudo ni con la misma
connotación porque en la mujer sería usar el sexo a su favor y en el hombre sería
usar el sexo de la mujer a su favor, muchas gracias.
3) Significa, ya en términos más generales, que ser
un “zorrón” continua siendo un tabú. Independientemente de si está bien o mal
(cada quien sabe a qué huelen sus pedos y porqué), es algo que solamente nos atreveríamos
a ser o hacer si fuéramos otra persona. No debería ser tan grave y me parece
solo cuestión de no irse a los extremos y dejar la hipocresía.
Si yo fuera hombre, viviría y dejaría vivir y dejaría
de tratar de reforzar contrastes donde no me los están pidiendo, dejaría de cargar
mis palabras de un género tan pesado y excluyente. Y si no fuera Mela, sino
otra mujer, TAMBIEN.
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