Porque todo se vale

Nunca esta de mas decirles que cualquier sugerencia sera muy bien recibida. No solo en cuanto a las entradas que ya estan, sino a las que quisieran que esten. Cualquier tema que les parezca interesante o digno de mencionar por favor sugieranlo y seria un honor poder aportar algo al respecto!!

sábado, 21 de septiembre de 2013

Si yo fuera más viva…



“Si yo fuera mujer, sería UN zorrón”
“Si fuera mujer, andaría vestida como un prostituta”
“Mae si no fuera una vieja, le andaría poniendo la cookie en la cara al primero que se me atraviese”
“Si yo fuera una guila, me dirían el “Power Rangersh”...llevándome sólo monstruos entre las patas”
“Si yo fuera mujer, ni loca tendría novio…fijo conseguiría culos facilísimo”   

Éstos son sólo algunos ejemplos de montones de barbaridades que he escuchado a muchos hombres mencionar sobre lo que harían si fueran una mujer. NO LOS SOPORTO y les deseo 3 días de diarrea, gracias. 

Resulta y sucede que el gusanillo de la doble moral nos anda caminando por todo lado. Y el género no es una excepción. No nos basta con una moral ética, religiosa, moral, etc. (lista infinita) de dudosa procedencia, sino que la extendemos al maravilloso mundo del género. 

¿Qué significa un comentario de estos? Hagamos un desglose bien generoso:

1) Significa que estamos materializa-deshumanizando-despersonalizando a la mujer al asumir que no es más que un culo andante cuya fuerza y poder se deben solamente a su sexualidad y que lo que tiene a su favor (versus el hombre) es el factor “sexo”. Claro, porque en ningún otro ámbito de la vida son tan evidentes nuestras ventajas como en el amor…

2) Significa que ser una mujer desprendida, no muy amiga del compromiso y las formalidades, de una conducta sexual “liberal” y sin intención alguna de disculparse por ello (un zorrón) sería una condición especial para una mujer solamente porque el hombre no necesita un adjetivo que describa este tipo de comportamiento. En todo caso, sería lo “normal” o lo esperado en muchos de los casos y no necesitaría una definición. Es como querer ponerle un adjetivo más a las manzanas por ser…muy manzanas, ¿verdad? ¿Cuántas veces escuchamos a una mujer decir “Si yo fuera hombre, sería un sobrado culo caliente detrás de todas las titas”? Sí pasa, pero no tan a menudo ni con la misma connotación porque en la mujer sería usar el sexo a su favor y en el hombre sería usar el sexo de la mujer a su favor, muchas gracias.     

3) Significa, ya en términos más generales, que ser un “zorrón” continua siendo un tabú. Independientemente de si está bien o mal (cada quien sabe a qué huelen sus pedos y porqué), es algo que solamente nos atreveríamos a ser o hacer si fuéramos otra persona. No debería ser tan grave y me parece solo cuestión de no irse a los extremos y dejar la hipocresía.

Si yo fuera hombre, viviría y dejaría vivir y dejaría de tratar de reforzar contrastes donde no me los están pidiendo, dejaría de cargar mis palabras de un género tan pesado y excluyente. Y si no fuera Mela, sino otra mujer, TAMBIEN.     

domingo, 8 de septiembre de 2013

Antes muerta que haciendo el 69 suspendida en el aire



Buenas noches, licenciados y licenciadas. El blog a continuación es en respuesta a una petición: “INteresante lo que escribís....la vanidad termina teniendo los limites personales que traspasa los de otros y provoca que a algunos se le cierre es esfínter. Me gustaría leer tu opinión respecto a los fetiches (desde los aceptados hasta los más oscuros-escondidos-"prohibidos") y como juega la vanidad en esto...¿cómo juega la vanidad en el sexo? ¿Cómo se desarrolla ese juego teatral cuando estamos en la fiesta más carnal en la cama? ¿Cuáles son los límites del sexo? ¿Se vale el sexo "loco" con sus peticiones más extrañas, o la vanidad nos gana y nos quedamos con el sexo bueno y cristiano pudoroso? ¡Gracias por tan entretenida lectura!” ME ENCANTA!
¿Cómo carajos no nos habíamos preguntado esto y cómo es que funciona? ¿No me pongo shorts ni enaguas porque creo que tengo las piernas gordas pero no tengo ningún problema con que me agarren de llavero, me monten más que al Chirriche y me hagan el toque del Circo del Sol sin manos? ¿No salgo de mi casa sin maquillaje pero no me importa parecer un payaso cuando me sudan hasta las uñas en media revolcada y me queda el rímel de bigote? Eso es en cuanto a la vanidad física, ¿pero que pasa con la vanidad moral? Soy una persona muy decente. Voy al brete, tomo café donde mi abuelita, le llevo un popi a mi sobrino, le regalo una teja al mafufo del barrio y cuando llego a la casa me pongo un bozal y me guindo del techo para que me den con un dildo de 8x3… ¿verdad?  ¿O es que mantengo los mismos niveles de “normalidad” en la privacidad de mi hogar también? Soy una matona en la calle, no dejo que nadie me hable golpeado, defiendo lo que es mío y me hago escuchar, pero me encanta que mi esposo se vista mujer policía, me amarre, me clave los tacones en la cara y me dé latigazos hasta sangrar.
¿Qué tan flexible es la cosa? Entendemos que los límites de la vanidad son personales y sólo la misma persona puede definirlos y redefinirlos a medida que vive sus buenas y malas experiencias y sólo de esta manera que logra desenvolverse en sociedad de una manera relativamente aceptable. ¿Será que hacemos lo mismo con nuestros fetiches? Los modificamos de manera que encajen con nuestras limitaciones personales. Así logramos encontrar un balance que nos permita no salirnos de la zona de confort al mismo tiempo que nos damos nuestros gustitos más “locos”.
Se me ocurre una lista de factores de peso que pueden determinar este balance, son bateos basados en conversaciones que he tenido últimamente sobre este tema:
-La persona con la que quiero satisfacer esos fetiches. Por ejemplo, si tengo complejos de gordura y resulta que la persona con la que estoy saliendo es un tanque, es muy probable que me importe menos tener que modelarle trajes de cuero. Si esa persona fuera preparador físico, ojala campeón de triatlón o una vara así, “apagando luces papillo!”  
-La relación que tenga con esa persona. Aquí he notado un comportamiento interesante. Si es una persona de mucha confianza (una pareja estable, por ejemplo) o una persona que venís conociendo en un bar y decidiste decir “fuck it, voy ahí!”, es muy probable que el nivel de inhibición sea realmente bajo. En el primer caso, por cuestiones de confianza. En el segundo, porque resulta que ESA adrenalina de “qué putas estoy haciendo y usted quién es y mañana ni me busque porque no existo” hace que te pases las preocupaciones por el nies y hagas un perfecto desastre que para mañana nunca pasó.  Ya si hablamos de una persona que al rato conociste en el cumple de la prima de la mejor amiga y llevan un par de semanas hablando y saliendo y ya conociste al perrito pero no a la mamá, estás en una zona intermedia peligrosa y no podes hacer loco, ¿me explico?
 -El nivel de comunicación. No importa que tan fuerte sea el nivel de vanidad y/o los complejos o que tan locos los fetiches que nos gusten. No podría haber nada más incomodo que una sorpresa. “ ¡Ah! Me gusta disfrazarme de ardilla gigante de peluche, ¿no te había contado?” “Mira, mientras nos hacemos cositas ocupo ir al baño a retocarme el maquillaje cada 20 minutos por si me sudo. Es súper rápido!” jajajajajaja whatttt! Anda lávate la cara con aguita de la Basílica! El punto es que sin importar cuales sean nuestras limitaciones, gustos o disgustos, es esencial que los comuniquemos. Al rato y nos sale un loco a una loca compatible y no tendríamos nada de qué preocuparnos.       
Este es un tema suuuuper amplio y quisiera hacer una segunda parte porque estoy segura de que me faltan puntos que desarrollar. Si me pueden mandar sus comentarios y sugerencias, se los agradecería montones  ;)