Porque todo se vale

Nunca esta de mas decirles que cualquier sugerencia sera muy bien recibida. No solo en cuanto a las entradas que ya estan, sino a las que quisieran que esten. Cualquier tema que les parezca interesante o digno de mencionar por favor sugieranlo y seria un honor poder aportar algo al respecto!!

viernes, 16 de agosto de 2013

Confesiones de tía Meme: Ver pelos es cosa de todos



Seguimos con las confesiones. Varias personas que me conocen saben que soy “book reviewer”. Mi trabajo consiste, a grandes rasgos, en revisar libros y publicarlos para lectores electrónicos. Es un brete soñado para una sapa como yo. Lo que pocas personas saben es que un gran porcentaje de los libros que revisamos es de contenido adulto…cha cha cha chaaaaaaaaaaaaaaaaan. También conocido como “El Pelos Team”, mi equipo de trabajo es una hermosa combinación de personas socialmente inadaptadas, con una barra de la moral y/o la libido realmente alta, con un estomago de acero y una fuerza creativa impresionante. A algunos (nuestros expertos) les toca toda el día; a otros (como a mí) medio día; y a otros afortunados, en teoría, no les toca pero gustosamente los empapamos de conocimiento. Así que no importa cuál sea tu puesto en el equipo, por lo menos una vez al día te toca ver pelos.

Aquí viene la parte interesante. Cuando le hablo a alguna persona sobre mi trabajo, una de las preguntas más comunes es “¿Y los maes qué? ¡Fijo se vuelven locos y salen malísimos de la oficina!”…Claro, porque a LAS maes no les afecta, ¿verdad? A mí me dan ganas de decirles (insertar tono de mamá condescendiente dos segundos antes de acomodarle los dientes al hijo de una solo manazo) “aaaay papito… ¿le cuesta o se hace?” Ni hablar cuando una mujer me pregunta lo mismo. “Diay mamita, ¿es una barbie usted que no tiene culito ni galletica?” Que difícil en estos tiempos “modernos” tener que aceptar que todavía se tenga la creencia de que las mujeres no sentimos, nos se nos derriten los helados, no nos pica el “frijolillo” (diría un compa), no pensamos en sexo, no nos gusta el sexo, y en este caso particular, que no tenemos una reacción física y sicológica ante la literatura y fotografía erótica. Y peor aún es que me pregunten si no salgo asqueada, que cómo hago para manejarlo y que si no me baja la libido…jajaja ¡Cosa más linda! Asco me da Justo Orozco. Hasta que dan ganas de atragantarse con un mamón chino y no pedir ayuda con tal de no escuchar más estas cosas.

He logrado identificar 3 etapas en cuanto a la libido. Con los primeros libros, yo me quería pegar un tiro y deseaba ser Wolverine para poder regenerar el estomago. Hasta me costaba un poco dormir porque hay imágenes  y textos que nada más NUNCA se van borrar de mi memoria. Ya pasando esa etapa, empieza la curiosidad. Entonces uno dice “aaaah carajo, que bonito eso”, “mira que divertido se ve aquello”, “puuuta eso servía para tal cosa también”, “aaaah la puta, eso cabe ahí”, “aaaay mae, ¿eso es legal?” Claro, ya cuando se le agarra el gusto toca cruzar las piernitas para leer en paz y tomarse un vasito con agua para no llevarse algo entre las patas y poder terminar la jornada laborar sin un warning de recursos humanos por acoso sexual intra-laboral; no sólo porque uno se siente más… creativo, sino porque la barrera del asco y la moral ya es casi nula y se vuelve muy natural hablar de esas cosas, compartir imágenes y hasta llevar a cabo debates calientes. Lo cual es la transición a la tercera etapa en la que estoy ahora. Nada me sorprende. Nada me da asco. Almuerzo riquísimos todos los días porque no hay salsa fettuccine que me intimide. Y hasta tengo el descaro de agarrar a mi sobrina a besos con la misma boca que le pregunto a uno de los reviewers expertos si ya logra masturbarse con éxito (tiene una muñeca mala, curiosamente). Un tentáculo más, un dildo menos…todavía se me caen la revistas y hoy duermo como un bebe después del cofalito.

Lo importante aquí, además que ahora mi mamá sabe lo que hago (madre te amo y sigo siendo tu favorita) es resaltar el hecho de que ver pelos SI nos llega a todos. A algunos más las imágenes, a otras más los textos, a algunos con sólo respirar, pero el género NO tiene nada que ver, gracias.            

domingo, 11 de agosto de 2013

Confesiones de tia Meme: Por arriba o por abajo, como nos comemos la Chiqui?



¿Cómo funciona la vanidad para uds? Yo pensé que era algo sencillo: nos importa de sobremanera proyectar una imagen específica para que nos juzguen menos de lo normal. El diccionario me da 2 definiciones interesantes: 1) Arrogancia, envanecimiento y deseo de ser admirado por el alto concepto de los propios méritos, y 2) Ilusión o vana fantasía (wordreference.com).
Resulta que hace poco vi algo que me dejo callada. Eran las 8:45 de la mañana en las paradas de la sede de Derecho de la UCR. A esa hora pasan todos los buses que se puedan imaginar, Barrio Escalante, Calle Blancos, la Peri, Sabanilla, y todos los buses de la U que llegan a dejar estudiantes 10 minutos antes de cada hora. Aparte, habíamos unas 5 personas en la parada esperando. Se baja del bus una muchacha de unos 30 años, rellenita, entaconada, maquilladísima, recién aplanchada, full accesorios y un iphone. Se sienta en la parada y pone sus cosas en el asiento de la par. Entonces saca de su cosmetiquera unas pinzas para cejas y procede, uno por uno, a arrancarse pelitos de la barbilla…Y a mí se me cerró el esfínter.
Repito, ¿cómo funciona la vanidad? Yo tenía entendido que existe todo un ritual, tanto para hombres como para mujeres, que se lleva a cabo en la privacidad del hogar, ya sea en la noche o en la mañana antes de salir: escogemos el atuendo que nos queda mejor ese día y nos “arreglamos.”. Arreglarse puede ser complicado, especialmente si sos mujer y te da por maquillarte, ponerte cremas, depilarte la cara y el cuerpo. Y la mecánica general implica pasar por ese ritual en privado porque hacerlo en público sería un poco… contraproducente, ¿no? Si nos apegamos a la segunda definición de arriba, el propósito es crear una “ilusión o vana fantasía” en la que naaaadie tiene pelos en ningún lado, ni problemas de acné, ni ojeras, ni frente ancha, ni nariz grande, ni caderas anchas, ni cuello corto, ni cejas de atol, ni pelo arrepentido, ni uñas sucias, ni boobies pequeñas ni caídas ni asimétricas, ni NADA. Y esto sólo me genera más preguntas.  ¿Sera que la vanidad tiene un público meta especifico? “No me importa lo que piensen las 200 personas que pasaron por la parada pero dios libre los 20 maes de la oficina me vean un pelo en la barbilla. ¿Sera que no importan los medios, sino el resultado? ¿Puedo ponerme un push-up bra por encima de la blusa? Nada debería importar porque la idea es que se me vean las boobies levantadas y grandes. El nivel de admiración y/o prejuicio debería ser el mismo, ¿verdad? Me voy a ver igual de rica, ¿verdad? Al rato no hay que ser tan extremistas, pero entonces ¿donde tiene la Chiqui el chocolate, por arriba o por abajo? No es tan grave que me saque las cejas o que me maquille en la parada pero si me arranco pelos de la barbilla se le cierra el esfínter a una vieja loca que escribe blogs? Si ésta Chiqui no la ves, tampoco la entendes.

sábado, 10 de agosto de 2013

Confesiones de tía Meme: Hoy me quito la ropa despacio



Porque son tantas las mujeres que he escuchado decir que no pueden estar más de 5 segundos chingas frente al espejo (yo me incluyo), que prefieren volver a ver al piso mientras se quitan la ropa para bañarse, que se esperan a que se desocupen los vestidores para cambiarse sin que las vean, que se meten al mar con una camiseta encima del vestido de baño, que jamás se atreverían a correr chingas por la sala de su casa, y que se acuestan a dormir odiando su cuerpo y anticipando la ropa del día siguiente que mejor disimulará sus imperfecciones; por todas ellas, hoy me quito la ropa despacio…
Empiezo con lo más fácil, la parte de arriba. Tengo un hombro más bajo que el otro por los problemas de mi espalda y 3 gorditos en el estomago. Uno debajo de las boobies, otro encima del ombligo, y el último debajo del ombligo. Los odie toda mi vida porque a nosotros la grandotas (altas y piernudas) la sociedad nos ensena que grandotas es igual a gordotas. Entonces no importa si en algún momento estuve delgada, siempre me sentí como una danta. A eso le agregamos el hecho de que una cicatriz de 15 centímetros a la par del ombligo solo empeoraba las cosas y me quitaba coraje. Hoy me quito la ropa despacio y entiendo que mis llantitas son normales, que todo el mundo las tiene y que podrían ser peor, podrían ser una panza de birra irreversible.
 Voy con la parte inferior, tengo los pies (y las manos) relativamente pequeños (en comparación con el resto de mis proporciones) y parecen burritos de Taco Bell. Tengo las piernas gigantescas, “carnositas” dicen por ahí. Ahorita están más parejas por la natación, pero antes tenía muy poca pantorrilla y muslos que median lo mismo que la cintura de una Miss Costa Rica (yo sabía que compartíamos medidas). Ahora están más duritas y tengo pantorrillas más fuertes. Están un poco torcidas porque no hay plantillas ni zapatos ortopédicos tan milagrosos.  Y de todas maneras es difícil porque a una le meten en la cabeza la idea de querer tener piernas perfectas, parejas, sin celulitis y súper humectadas. Entonces me giro para verlas por detrás, activo la modalidad “lupa” de mis ojos y trato de detectar y contabilizar hasta el más mínimo camanance. Hago que camino; hago que corro para ver que tan flojas se me ven mientras las uso. Si me siento como la gelatina gigante de “Monsters vs Aliens”, no me pongo short ese día. Pero hoy me quito la ropa despacio y aprecio cada centímetro de pierna. Acepto su color, textura y contextura. Veo el arco que se me forma de las rodillas para abajo, las cicatrices por tantas caídas y una mancha blanca de nacimiento, y todo me parece perfecto.
El trasero merece un párrafo aparte. No tengo palabras para describir la forma de mi trasero. No sabría. A veces me parece que tiene un tamaño agradable, para venir de una familia indiscutible de tablas; y a veces siento que no sé donde terminan las piernas y donde comienzan las nalgas porque JURO que no le veo forma.  Me pregunto porqué carajos me tiene que importar esto y luego entiendo que es porque me lo vienen recordando desde que tengo conciencia, porque hay que tener nalgas bonitas, firmes y redondas, porque el cuerpo se te ve “deforme” si no tenes culo. Me gustan esas arruguitas que se ven donde termina la nalga, pero nunca sé si en realidad las tengo o si sólo me lo imagino porque nunca, sino hasta hoy, me quito la ropa despacio.
Me siento frente al espejo y no importa cómo me acomode. Soy grandota. Tengo gorditos, piernas carnositas y pesadas, y un trasero cuya forma está aún por definir, pero son gorditos que conforman mis líneas y mis curvas y me hacen mujer, piernotas que me llevan a donde quiera por agua y por tierra, y un trasero que nunca ha recibido quejas. Hoy me quité la ropa muy despacio, y amo y agradezco lo que veo; mañana lo intento otra vez.