¿Qué saborsh es sentarse a comer gente, verdad? Es
un acto liberador. Nos permite proyectar todas nuestras inseguridades en otras
personas. Estas personas (las podemos llamar facilitadoras de la mierda,
fresquitos de linaza, cucharaditas de leche magnesia, gerbercitos de ciruela-pasa,
etc) no tienen nada de especial. No las odiamos por ningún motivo en particular.
Y no es comer gente en mal ride. Estoy hablando de sentarse con uno o dos
compitas más en un spot calidad y darse gusto comentando sobre todas esas cosas
que por no apegarse a la famosísima “normativa” nos parecen peculiares. Es nada
más una cuestión de coincidir. Es decir, existe mucha gente muy diversa en
todas partes, gente con mucho valor para hacer o decir cosas que nosotros no
nos atreveríamos. Y si esas personas resultan pasarle a una al puro frente
precisamente cuando una no tiene nada más provechoso que hacer que observar…
Dos ejemplos:
-El día que yo precisamente me siento como una
ballena encallada (con unos 3 meses de gestación), ya sea porque me va a bajar
la regla o porque comí como desquiciada el finde, da la casualidad de que pasa
una real ballena encallada al frente mío en la cafetería del trabajo haciendo
presa en la fila para pagar y gastando lo poco que quedaba de miel de maple
para las tostadas francesas. (Cuando digo “real ballena encallada” quiero decir
una flaca insolente que seguro come como una anaconda y no se engorda nunca,
gracias). Nos comemos o no nos comemos a la pobre? Claaaaaaaaaaaaro que sí! Maldiiiiiiiiiiiita
culebra!
-Si estoy en el parque del trabajo el día que
precisamente regañan a mis compas por no hablar en inglés cuando están en el
floor (política laboral que no comprendo) y se me sienta cerca un pedacín de
caca más tico que un milán de menta y otra poloncha careculo cuyo idioma nativo
también es el español y empiezan a hablar de brete, de facebook, de los novi@s,
del partido, del chunche, de marito…EN INGLES?! Whattt?? Eh digo, qué putas les
pasa? Les jartamos el culo o no les jartamos el culo? Por suuuupollo que les jartamos
hasta el pensamiento.
Ahora, me parece que la mejor manera de comer
gente y no irse pa’l infierno es comerse a gente desconocida. Así nos aseguramos
de que es una casualidad en realidad y no un crimen premeditado. De que hay
personas que lo merecen, las hay. De que hay muchos rayos que se desperdician
aterrizando en arboles, los hay! Y de eso se encarga el karma.
Entonces los pasos serían los siguientes:
1. Consiga amigos con un sentido del humor
parecido al suyo para no afectar las sensibilidades de nadie.
2. Búsquese un lugar estratégico.
3. Aprenda a hacer bizco para que los/las elegidas
no se den cuenta de que los están viendo.
4. Si está comiendo gente solo/sola, póngase audífonos
y prepárese para apagar la música cuando sienta que se aproximen un par de
estrellas que le puedan alegrar la tarde.
5. Si una de las víctimas se da cuenta de que se
la están comiendo, salúdela! “Heeeey, te conozco? Desde hace rato le estoy
contando a los chiquillos que te me haces súper conocida…(maldita roba mieles de maple)”
o algo así…
Chas gracias!