OK OK OK! Hablemos de esas varas que a nadie le
cuadra reconocer: la novia nueva. No he conocido en la vida a una sola persona que diga (si es una zita paola)“Sí, tiene una novia nueva. Se llama
Helena, mide 1,80 y da clases de danza contemporánea en las noches y es súper
inteligente. Es una muñeca. Vieras que linda! Estoy tan feliz por José” o (si
no es muy agraciada) “Sí, tiene una novia nueva. Se llama Helena y vieras que corazón
más grande tiene. Se nota que hace a José muy feliz”…
NUNCA! Si es feíta la criticamos y si es una tita
le deseamos diarrea. Un día leí un articulo buenísimo en el que un mae confiesa
que conoce al novio nuevo de la ex-esposa y se alegra como nunca cuando ve que
el mae es más peludo que él! jajajajaja El hombre literalmente se reía solo de
pensar en las que debía estar pasando la señora con el nuevo peinándole los
pelos del culo.
Y es que qué tan cierto es! Admítanlo, hipócritas! Si yo veo a la novia
nueva de alguien y es más fea o más gorda o más bruta o más insoportable que
yo, lo primero que hago es pensar “JA! Y
ojala sea mal polvo!” jajajaja Y esto es algo que pensaría independientemente
de si mi relación terminó bien o si se mandó a medio mundo a comer mierda y se
devolvieron 800 peluches, independiente de si ya uno encontró a alguien mejor o
no. Me parece un instinto muy humano el de querer sentirse mejor cuando ya no
se está con esa persona. La gente se vuelve competitiva de cierta manera y
quiere pensar que si terminó con esa persona es porque viene algo mejor. La
pega es si viene algo mejor pero sólo para la otra persona! Ya si la hijueputa
es una barbie-genio de la República Independiente de Lindora con sentido del
humor y ojala una gamer nivel “expert” en Guitar Hero, fan del Barza, profe de
yoga y (la peor parte) que nos caiga bien porque no es, en lo absoluto,
repugnante ni juega de viva…bitch please!! Tiene que ser el mismísimo pisuicas esa
malparida! Jale jaaale a quemarle la choza!
Asumo que todo esto se da por una necesidad de reafirmación
y me pregunto si habrá alguna manera de evitarlo, pero no creo que se pueda! Es
como comerse un Trits y ver 300 (la peli) al mismo tiempo. Imposible! La mente tiende a enfocarse, inevitablemente,
en una pichudez a la vez. Así mismo, me
parece inevitable sentir un poquitito de tranquilidad o alivio cuando vemos a él/la
ex de nuevo en la canchas y no es con una Helena de Troya o un Hugh Jackman
tiquiciano. El toque salvavidas aquí, papillos y mamillas, es reconocer que nos
llega el ácido o que nos alegran las desgracias ajenas y dejar la vara ir con
toda la elegancia pertinente al caso. ‘Chas gracias! ;)