A petición, vamos a hablar sobre la confianza, ya
sea el exceso o la falta de ella. Yo tenía un profe de artes plásticas que decía
“Confío en el hombre como confío en una silla de cartón”. Dejando de lado lo
excluyente que es la frase en cuanto a género, podríamos decir que hay muchísimo que
rescatar.
Considerando el hecho de que cada vez hay más
violencia de todo tipo en la calles, se esperaría por lo menos que estas generaciones
tuvieran el mínimo de astucia, el mínimo de malicia, pero no! Tenemos que
ponernos para que nos den como si nos encantara que nos reventaran el
cherry. Yo puedo comprender toda esta cuestión
de “bondad, pásala”, “honestidad, pásala” pero tampoco podemos llegar al punto
de “tus nalgas, pásalas”.
Sí me parece necesario, hasta cierto punto,
aprender a apreciar las intenciones de los demás. No todo el mundo anda un puñal
en el bolso. No todos los desconocidos son necesariamente asesinos en serie. No
todo lo diferente tiene porqué ser una amenaza. No hablemos de bueno y malo;
existen personas con intenciones decentes o simplemente personas con cero
intenciones del todo. Incluso éstas últimas son menos dañinas que una persona
con todas las intenciones admirables pero sin sentido común. Más de una vez
sucede que terminamos metiendo las patas en mierda por tratar de tener un gesto
amable con alguien, y aquí el problema no es la intención, si no que no sabemos
un carajo con respecto a la otra persona y su perspectiva de la vida! Básicamente,
a veces la mejor manera de ayudar a alguien que no conocemos en totalidad es no
hacer nada al respecto. Y la mejor manera de aceptar ayuda de una persona que
no conocemos en totalidad es amarrárselas y hacer las cosas solitos. De esta
manera nos evitamos, primero, el riesgo de meter las patas, y segundo, la
posibilidad de que nos hagan daño, nos corten en pedacitos, congelen nuestros pedacitos
y los manden a algún país cuyo nombre no podemos ni pronunciar pero donde probablemente
hay gente más viva.
¿Cómo saber quién nos quiere ayudar y quién nos quiere
exportar? (Lol) No hay manera de averiguarlo y mucho menos si nos basamos en
apariencias, las cuales suelen ser espantosos puntos de referencia. Sin embargo,
puedo sugerir una estrategia: piensen en su seguridad como lo hacen en su salud
sexual (por dar un ejemplo). Me explico, no sabemos quién tiene SIDA y quien no,
ni quien tiene alguna enfermedad de transmisión sexual o a quien se le está
cayendo el pedazo de tanto que lo ha usado, pero si sabemos usar protección contra
todo eso, verdad? Entonces, mi punto aquí es que de la misma manera en que a
veces nuestros instintos tienen conexión directa con nuestra rodillas (las
abren lol) y sentimos ganas de desacomodarle hasta las chancletas a X o Y, y aun así
decidimos si NO dejarnos llevar o mandarnos pero CON protección, también podemos
aprender a decidir a quién no tenerle confianza del todo y quien tenerle un
poquitico más de fe pero sin ponerle los chanchitos de par en par, claro está.